Nada más aterrizar en Fez, te recibimos en el aeropuerto y te llevamos a tu alojamiento, normalmente un riad tradicional en la medina.
El resto del día es libre para descansar, tomar un té a la menta y empezar a saborear el ritmo tranquilo de la ciudad. Si te apetece, puedes dar una vuelta por los alrededores para ir entrando en ambiente.

Hoy nos adentramos en el alma de Fez con un guía local. Paseamos por su medina medieval, un laberinto con miles de callejones donde el tiempo parece haberse detenido.

Visitamos la famosa curtiduría Chouara, las escuelas coránicas como la madraza Bou Inania, la fuente Nejjarine, y vemos desde fuera la universidad Al-Qarawiyyin, la más antigua del mundo aún en funcionamiento.

Descubrimos talleres de artesanía, barrios de tintoreros, y disfrutamos del caos encantador que solo Fez puede ofrecer. Un día lleno de historia, tradición y cultura local.

Después del desayuno, salimos en ruta hacia Meknes, una de las ciudades imperiales menos conocidas, pero con mucho encanto. Allí visitamos la impresionante puerta Bab Mansour, la plaza El-Hedim y los antiguos graneros reales.

Muy cerca se encuentran las ruinas romanas de Volubilis, con sus columnas, mosaicos y templos milenarios. Un paseo por este lugar te transporta al pasado.

Seguimos la ruta hasta Rabat, la capital de Marruecos. Al llegar, damos una primera vuelta para ver el ambiente moderno y relajado de esta ciudad costera.

Por la mañana, visitamos los principales monumentos de Rabat: la Torre Hassan, el Mausoleo de Mohammed V, y la preciosa Kasbah de los Oudayas, con sus casas blancas y azules y vistas al océano.

Después continuamos hacia Casablanca, donde visitamos la Mezquita Hassan II, una de las más grandes del mundo y una auténtica obra de arte junto al mar.

Por la tarde, llegamos a Marrakech, donde nos alojamos en un riad dentro de la medina. Tiempo libre para cenar o pasear por la plaza Jemaa el-Fna si llegamos con energía.

Hoy toca conocer Marrakech de la mano de un guía local. Empezamos por la Mezquita Koutoubia, el Palacio de la Bahía, las Tumbas Saadíes, y luego nos perdemos por los zocos, donde los colores, olores y sonidos te envuelven.

Terminamos el recorrido en la famosa Plaza Jemaa el-Fna, donde la vida no para: músicos, encantadores de serpientes, puestos de comida, y un ambiente que solo se vive aquí.
Por la tarde puedes relajarte en una terraza, hacer compras o visitar un hammam tradicional.

Dependiendo de tu vuelo, puedes aprovechar para desayunar con calma o comprar algún recuerdo de última hora. A la hora acordada, te llevamos al aeropuerto para finalizar esta aventura por las ciudades imperiales de Marruecos.