La aventura arranca bien temprano saliendo de Marrakech en dirección a las montañas del Alto Atlas, cruzando el famoso paso de Tizi n’Tichka, a más de 2.260 metros de altitud. Las vistas son espectaculares: montañas, pueblos bereberes y curvas que te van metiendo poco a poco en el Marruecos más auténtico.

La primera gran parada es la Kasbah de Ait Ben Haddou, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es una ciudad fortificada impresionante donde se han rodado pelis como Gladiator y Juego de Tronos. Aquí tienes tiempo para pasear entre sus callejones de adobe y subir a lo alto para ver todo el valle.

Después seguimos hacia el Valle de las Rosas, una zona conocida por sus campos de rosas damascenas, sobre todo en primavera. Si vas en mayo, huele a flores por todos lados. Luego, el viaje continúa por la Ruta de las Mil Kasbahs hasta llegar al Valle del Dades, donde dormirás rodeado de montañas rojizas y formaciones rocosas increíbles.

Después de desayunar, toca explorar el Valle del Dades, con sus paisajes de película y pueblos de adobe que parecen sacados del pasado. Seguimos hacia uno de los puntos más impresionantes de la ruta: las Gargantas del Todra. Son un cañón de roca con paredes de hasta 300 metros de altura. Aquí puedes dar un paseo, sacar unas fotos chulas y disfrutar del aire puro de la montaña.

A partir de aquí, el paisaje va cambiando hasta que, poco a poco, el desierto se empieza a sentir. Llegamos por la tarde a Merzouga, justo a los pies de las dunas del Erg Chebbi. Aquí te espera una experiencia mágica: paseo en dromedario al atardecer por las dunas, cena bereber bajo las estrellas y noche en un campamento en mitad del desierto. Una de esas noches que no se olvidan.

Hoy toca madrugar para ver el amanecer en el desierto, un momento mágico que merece la pena vivir al menos una vez en la vida. Después del desayuno, salimos hacia Rissani, una ciudad histórica con un zoco tradicional muy animado, donde todavía se hace trueque y se vende de todo.

La ruta sigue por el Valle del Draa, el más largo de Marruecos, lleno de palmerales y pueblos que parecen detenidos en el tiempo. Es una zona menos turística y muy auténtica, ideal para conocer el Marruecos profundo. Por la tarde llegamos a Ouarzazate, conocida como «la puerta del desierto» y famosa por sus estudios de cine y sus kasbahs. Noche en Ouarzazate para descansar bien antes del regreso.

Tras el desayuno, ponemos rumbo de vuelta a Marrakech, atravesando de nuevo el Alto Atlas por el paso de Tizi n’Tichka. Durante el camino puedes parar en miradores para sacar fotos, comprar alguna artesanía en los puestos locales o simplemente disfrutar del paisaje.

La llegada a Marrakech será por la tarde, con tiempo para dar un paseo por la Plaza Jemaa el-Fna o perderte por los callejones del zoco. Fin de la aventura con el corazón lleno de arena, té y recuerdos inolvidables.