Al llegar al aeropuerto de Marrakech, nuestro equipo te espera para darte la bienvenida y llevarte a tu alojamiento, normalmente un riad con encanto en plena medina.
El resto del día lo puedes dedicar a descansar del viaje, dar un primer paseo por los alrededores o disfrutar de un té a la menta en una terraza con vistas a la ciudad. Empiezas el viaje con tranquilidad, sabiendo que lo mejor está por venir.

Después de desayunar en tu alojamiento, te espera un día completo para descubrir la ciudad imperial de Marrakech, conocida por su ambiente vibrante, sus zocos llenos de vida y su historia fascinante. Empezamos con la mezquita Koutoubia, el monumento más icónico de la ciudad, seguido del elegante Palacio de la Bahía, lleno de patios y detalles artesanales. Luego nos adentramos en la medina, un laberinto de callejuelas donde los artesanos trabajan el cuero, las especias y los tejidos tradicionales.

También visitaremos las Tumbas Saadíes, ocultas durante siglos y descubiertas en 1917, y después nos daremos un paseo por los Jardines Majorelle, una joya botánica muy colorida. La jornada no estaría completa sin vivir el ambiente de la plaza Jemaa el-Fna, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Por la tarde, tienes tiempo libre para seguir explorando a tu ritmo, relajarte en un hammam tradicional o disfrutar de un té a la menta con vistas al atardecer desde alguna terraza.

Después del desayuno, salimos por carretera hacia la costa atlántica para llegar a Casablanca, la ciudad más moderna y cosmopolita de Marruecos. Aquí hacemos una parada imprescindible en la imponente Mezquita Hassan II, una de las más grandes del mundo, con su minarete de 210 metros que domina el mar.

Tras la visita, seguimos hasta Rabat, la capital del país y otra de las ciudades imperiales. Pasearemos por los jardines y murallas de la Kasbah de los Oudayas, un rincón precioso con vistas al océano. También visitamos la elegante Torre Hassan, símbolo inacabado del sueño de un sultán, junto al Mausoleo de Mohammed V. Al finalizar el día, te alojas en un riad o hotel con encanto dentro o cerca de la medina.

Este día lo dedicamos a recorrer dos ciudades imperiales más: Meknes y Fez. Primero llegamos a Meknes, una ciudad menos conocida que Marrakech o Fez, pero con mucho encanto. Veremos la famosa puerta Bab Mansour, una de las más impresionantes de todo Marruecos, y paseamos por la plaza El Hedim.

Desde allí nos dirigimos a las ruinas romanas de Volubilis, declaradas Patrimonio de la Humanidad. Este sitio arqueológico nos muestra mosaicos, columnas y restos de templos que aún se conservan sorprendentemente bien. Por la tarde seguimos el viaje hasta Fez, donde te alojas en un riad tradicional dentro de la medina. La ciudad nos espera con su energía única para el día siguiente.

Hoy es uno de los días más especiales del viaje. Tras el desayuno, te espera una visita guiada completa por Fez, considerada la ciudad cultural y espiritual de Marruecos. Recorrerás su medina medieval, Fez el-Bali, una de las más grandes y mejor conservadas del mundo. Aquí el tiempo parece haberse detenido.

Exploramos lugares como la universidad Al Qarawiyyin (una de las más antiguas del mundo), las madrazas como Bou Inania, los talleres de cerámica, y por supuesto, los curtidurías de Chouara, donde verás cómo se tiñen los cueros de forma tradicional. También visitamos el barrio andalusí, lleno de historia y arte. Al finalizar, puedes aprovechar la tarde libre para seguir perdiéndote por sus callejones, comprar algún recuerdo o simplemente relajarte con un té en la azotea de tu riad.

Según la hora de tu vuelo, tendrás algo de tiempo para hacer compras, desayunar tranquilamente o dar un último paseo por la medina. Después, traslado al aeropuerto y fin del viaje.